Fuentes de contaminación
Hay que evitar siempre ser una fuente de contaminación para los demás y aislarnos de aquellos que nos contaminen
Al abrir los ojos al mundo exterior, percibimos cierto ambiente o cierto clima. Este clima exterior, aunque parezca ajeno a nuestro interior, influye de gran manera en nuestra forma de vivir.
A veces ocurren ciertas situaciones que alteran el orden de los procesos por los que pasamos y sin darnos cuenta afectan nuestra vida.
Es como andar por un sitio contaminado, que sin saber el peligro o amenaza nos parece inofensivo porque el peligro no es claro ni visible. Así pasa en la vida cotidiana, nos metemos en problemas cuando comenzamos a elegir los caminos contaminados, los que no prometen nada, a los que no les podemos apostar; pero sí los que parecen interesantes, atractivos, los que todos eligen, los fáciles. De pronto, al voltear atrás vemos todo el daño que antes no era evidente y tratar de mejorarlo es difícil y regresar el tiempo imposible.
¿Y cuál es la razón del daño? En parte del entorno y en parte nuestra, porque al dejarnos llevar por el mundo le estamos abriendo las puertas a que entre todo el mal a nuestra vida, pero a veces somos nosotros mismos los que provocamos el desastre. Hay que evitar siempre, ser una fuente de contaminación para los demás y aislarnos de aquellos que nos contaminen, porque sólo quienes quieren una vida limpia, buscan contagiarse de la bondad, del amor, de la ternura, de la paz y contagiar a los demás con su alegría y ejemplo.
