No necesito saberlo todo
¿Alguna vez te has empeñado tanto en encontrar una respuesta, que su búsqueda te ha traído frustración y enojo?
En cualquier contexto, el ser humano se caracteriza por vivir de la constante búsqueda de la verdad. Nos cuestionamos lo que sucede a nuestro alrededor y hacemos todo lo que está en nuestras manos para desenredar cada uno de los misterios y dudas con las que vivimos. El interés por buscar las respuestas, en realidad no es malo porque nos ayuda a ver con mayor claridad lo que acontece fuera de nosotros.
Sin embargo, al darnos cuenta de lo poco que sabemos, nos ubicamos en un universo inmenso con millones de incógnitas e incertidumbres, tantas que quisiéramos alcanzarlas con una mano aunque esto pareciera imposible.
Es imposible poder encontrar todas las respuestas a todas las preguntas; lo que si podemos hacer, es discernir qué respuestas valen la pena de conocer y principalmente el lugar en el que debemos hacer las preguntas. A todos nos hace falta algo y es importante saber dónde buscar, pero más aún, entender que saberlo todo no es el fin, el fin es colocarte en el punto exacto que te permite brillar más de lo que creías, tomar de la mano a quienes buscan las mismas respuestas, cambiar el entorno y dejar la huella de tu vida.
