“Incluso la persona más pequeña puede cambiar el curso del futuro.” J.R.R. Tolkien
¿Qué sabemos nosotros del futuro? Lo único que sabemos es que es incierto, y del pasado hemos aprendido que las cosas más asombrosas comenzaron siendo algo pequeño, que las personas más admirables en algún momento de su vida fueron débiles y poco relevantes.
Por eso debemos cuestionarnos las posturas que tomamos cuando nos basamos en el tamaño, edad, conocimiento, oportunidades, etc., para juzgar a una persona y decidir la “importancia” que tiene en el mundo. Porque si personas pequeñas lograron ser grandes en el pasado, ¿cómo sabemos que los que ahora lo son, no serán mejores? Tal vez el pasado no se repetirá, pero tenemos nuestras esperanzas en el futuro, en los que vienen, porque creemos que la importancia de una persona está en lo que puede llegar a ser y no en lo que ya es.
Cuidemos la vida, en especial la de los que parecen más insignificantes y débiles, porque son ellos los que pueden cambiar al mundo y con su pequeñez nos enseñan a ser grandes.