“El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad.” Ernest Hemingway
Existen dos caminos que podemos elegir en nuestro caminar. Uno de ellos nos conduce a la verdad, el otro es un camino falso. El hombre por naturaleza siempre busca alcanzar grandezas, ser visto y admirado. ¿A quién no le gustan los aplausos y los halagos? ¿Quién no quiere ser estimado, honrado y querido?
Indudablemente es normal sentir el deseo de que los demás volteen su mirada a nosotros, pero no es la finalidad de la búsqueda de la verdad. En el camino incorrecto abunda la soberbia y la envidia, porque el fin principal es brillar antes que los demás y no sólo eso, es también apagar la luz de otros.
El camino correcto trae resultados mejores, ese camino trae una grandeza verdadera. Es más admirada una persona que reconoce sus debilidades y acepta con humildad lo que no tiene y lo que le hace falta; porque las personas más sabias son las que saben que existe una verdad más grande que la que ya conocen, tienen ante todo dos virtudes que rigen sus vidas, la paciencia y la humildad. No tienen la necesidad de presumir o alardear de sus logros y conocimientos porque para ellos es irrelevante, es algo que los demás notan desde lejos y es lo que les permite llegar a la más grande gloria.